El hábito de la lectura es esencial para estimular la imaginación y desarrollar individuos ingeniosos y creativos, que puedan ser capaces de soñar y luego llevar a la práctica un mundo mejor.
Si bien la imaginación en el ser humano es un don natural, la buena lectura (la que trasmite valores) es capaz de hacerla fluir de un modo mucho más intenso, pues la despierta, la provoca, la estimula.
Nos quejamos de que nuestros niños y jóvenes se aburren y pierden la capacidad de asombro a pesar de tener muchas fuentes de distracción, y es porque los nuevos pasatiempos si bien algunos son interactivos, les dan las propuestas de intervención armadas, con imágenes ya construidas, donde la imaginación casi no toma participación.
Cuando leemos si bien podemos tener algunas ilustraciones en el texto, debemos imaginarnos muchas situaciones o datos, armar la historia en nuestras mentes, ponerles un contexto, un alma. Si vemos una película o jugamos un video juego, ya eso está armado, dado por la imaginación de su creador, no por quien participa de modo pasivo, aún cuando deba en los videojuegos sortear trampas o vencer rivales que ya están prediseñados.
Cuando se lee, el sujeto se transporta a mundos fantásticos, que luego puede reinventar en historias propias que puede escribir o contar, además de ser un instrumento esencial para dominar los secretos de la lengua, tanto en cuanto a la riqueza del vocabulario como a su correcta manera de escribirlo.
Con esto no queremos echar por tierra ni desmerecer los avances tecnológicos, sino destacar el papel complementario de la lectura tradicional con respecto a ellos, ya que cada uno tiene un aporte diferente y estimula otras aptitudes. Sería muy positivo, por ejemplo que un niño leyera un cuento, se lo imaginara, lo contara, lo dibujara y luego lo viera en una película, para comparar lo que él imaginó con lo que otro logró crear, y advertir de este modo que la imaginación es capaz de tomar tantas formas distintas como sujetos que la empleen.
22 de Marzo, Día Mundial Del Agua
El agua es tal vez uno de los elementos más abundantes en nuestro planeta y es parte fundamental para el desarrollo y sostenimiento de la vida y el funcionamiento de los ecosistemas. Sin embargo, no toda el agua del planeta está disponible; una gran cantidad se encuentra en los mares y océanos, otra porción importante permanece congelada en los polos y en los picos de las montañas más altas, otra parte se encuentra atrapada en acuíferos subterráneos y tan solo una pequeña fracción del agua dulce en el mundo, cerca del 0,5% del total, está disponible para el uso humano.
La región de América del Sur, es rica en recursos hídricos, con el 12% del área terrestre total y el 6% de la población mundial, dispone de 26% de agua dulce a nivel mundial, la mayor parte concentrada en la cuenca amazónica. No obstante, se estima que el 25% de la población de América latina no tiene acceso al agua potable y más del 31% carece de servicios de saneamiento básico.
En este sentido, aunque parezca inagotable, el agua disponible en el mundo es limitada y su uso inadecuado ha puesto en riesgo la provisión en calidad y cantidad a muchos lugares del mundo. Cerca de 1500 millones de personas en el mundo no tienen acceso al agua potable y se estima que dos tercios de la población mundial vivirán en condiciones de disponibilidad limitada de agua en 2025, según la ONU. De igual manera, más de 5 millones de personas fallecen anualmente a causa de enfermedades transmitidas por medio del agua contaminada.
Ante este panorama, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró, en 1992, al 22 de marzo como Día Mundial del Agua para concientizar a las poblaciones sobre el cuidado de este importante recurso. Los desafíos relacionados con el agua aumentarán significativamente en los próximos años. El continuo crecimiento de la población y el incremento de los ingresos conllevarán un enorme aumento del consumo de agua y de la generación de residuos. La población de las ciudades de los países en desarrollo crecerá de forma alarmante, lo que generará un aumento de la demanda muy por encima de las capacidades de los servicios y de la infraestructura de abastecimiento y saneamiento de agua, ya hoy en día insuficientes.
Al empezar las vacaciones escolares, la mayoría de los padres no hemos podido aún o no podremos salir de vacaciones. Nuestros hijos han estado esperando ansiosamente este período de descanso, mientras que para los padres la idea de que los niños tengan todo el día libre en la casa es angustiante aún desde antes de su inicio.
Nuestro temor muchas veces fundado es que este receso escolar se transforme en una época de descontrol, en la que los niños duermen hasta muy tarde, miran televisión por largas horas o se pasan todo el día frente al computador. Si a esto le agregamos el temor de muchos padres que sus hijos olviden parte o gran parte de lo que aprendieron durante el año escolar y muchas veces con tanto esfuerzo las vacaciones de los niños se transforman en un período que no es fácil de manejar.
Para comenzar, conviene tener presente que vacaciones no debe ser para los niños sinónimo de hacer lo que quieran y cuando quieran. Siempre es importante que los padres mantengan un control sobre los horarios de sueño y comidas, aunque no sean tan rigurosos como durante el período escolar. Lo mismo corre para los permisos para las salidas de los hijos mayores y ciertas rutinas mínimas de ayuda en las tareas de la casa.
La condición de liderazgo es innata y condicionada por el contexto, pues ningún líder lo será si los demás no lo aceptan como tal. Quienes son líderes tienen la posibilidad de ejercer influencia en la conducta de los otros; son en general extrovertidos, y con gran capacidad de iniciativa. Sin embargo no siempre estas figuras son positivas, pues a veces los líderes son negativos, ya por estimular conductas antisociales; o por opacar al resto del grupo, cuyas opiniones no son tenidas en cuenta.
Un buen líder dentro del aula es aquel alumno que acompaña a sus compañeros en su aprendizaje, ayudándolos con alguna explicación que por provenir de un par, puede ser mejor comprendida; el que integra a algún miembro del grupo que por ser nuevo o por timidez se mantenga aislado, el que organiza salidas u otro tipo de actividades grupales, académicas o no académicas, siempre escuchando la opinión de todos y tratando de conciliarlas; o el que impulsa reclamos a favor de los derechos estudiantiles, de modo pacífico, educado y de acuerdo al reglamento escolar.